miércoles, 24 de noviembre de 2010

Sobre algunos textos académicos

Irma Munguía Zatarain en su libro Líneas y perfiles de la investigación y la escritura (México, Universidad Autónoma Metropolitana:2010) señala de manera breve las características de distintos textos académicos:

El ensayo es presentado como un texto en el que “el autor estudia un tema ya sea breve, amplia o exhaustivamente, y propone una perspectiva novedosa y personal”. Y apunta como rasgos distintivos: “la originalidad, la subjetividad, el carácter crítico y polémico y la libertad temática” (30-31).

De la monografía dice que “es el tratamiento de un tema o problema específico; puede hacerse una revisión exhaustiva de todos los aspectos que se relacionen con dicho tema y, en ese caso, se comenta y discute la bibliografía existente, se muestran nuevos datos relevantes, se propone una explicación novedosa o distinta (32).


Sobre estos dos tipos de memoria escrita me parece importante el comentario que hace Liliana Weinberg en su libro Pensar el ensayo, donde sugiere que para hacer una monografía hay que ser un investigador, pero para producir un ensayo hay que ser un experto.

En cuanto al resumen, lo define como “la exposición sintética del contenido de un texto leído; se redacta utilizando palabras distintas de las utilizadas en el texto original y no deben incluirse comentarios ni valoraciones personales” (34). En ese sentido, señala que es muy parecido al reporte de lectura ya que ambos “evitan las críticas y comentarios personales” (33), así como las ideas secundarias. Además, permiten corroborar que se realizó la lectura del texto resumido.

Problemática es la distinción entre resumen y síntesis. Es común escuchar que el resumen se apega al documento original, citando sus ideas principales y respetando la estructura, mientras que la síntesis admite un mayor parafraseo y pretende mostrar, en pocas palabras, el sentido global del texto.