lunes, 17 de septiembre de 2012

Las llevadas y traídas funciones del lenguaje



En el libro Redacción eficaz. Con prontuario de redacción y estilo (México: Editores mexicanos unidos, 2012), la Dra. Guillermina Baena, teniendo en cuenta que el lenguaje es -como dice Santiago Revilla- “el medio que tiene el hombre, como ser racional, para manifestar sus ideas o sentimientos” (10), esboza el desarrollo de los sistemas de signos que usamos para comunicarnos, desde los sistemas mímico que corresponde a la adopción de señas y gestos por parte del hombre primitivo, hasta el gráfico, que considera “el más universal de todos”, pasando por el onomatopéyico y el oral, para abordar, acto seguido, sus funciones y modalidades.

En cuanto a las funciones del lenguaje, la Dra. Baena señala cuatro, a saber: la función informativa que “se realiza mediante la formulación y afirmación (o negación) de proposiciones” (18); la función expresiva, que tiene una doble implicación, por un lado, la manifestación de sentimientos y, por otro, el deseo de provocarlos; la función directiva que pretende “originar o impedir una acción manifiesta” (19); así como la función ritual que incluye las frases de rutina y otras convenciones que se enuncian casi de manera automática.

Estas cuatro funciones no han de confundirse con las funciones propuestas por Roman Jakobson y que actualmente se encuentran explicadas en la mayoría de manuales de redacción para bachillerato. Pongamos por caso el Taller de lectura y redacción por competencias 1 de Lucero Lozano (México: Nueva editorial Lucero, 2009), donde aparecen explicadas, relacionadas con su intencionalidad y ejemplificadas de la siguiente manera. 


miércoles, 5 de septiembre de 2012

Comunicación y expresión


En su libro Comunicación oral y Escrita Socorro Fonseca y un grupo de colaboradores (México: Pearson, 2011) presentan la comunicación como un hecho humano orientado a satisfacer necesidades mediante el uso de signos. En la acción comunicativa se trata, pues, de transmitir o –mejor- compartir algo de uno mismo.  O dicho de otro modo, comunicar

es una cualidad racional y emocional específica del hombre que surge de la necesidad de ponerse en contacto con los demás, cuando intercambia ideas que adquieren sentido o significación de acuerdo con experiencias previas comunes. (2)

Se trata, desde luego, de una aproximación al tema, que da la pauta para adentrarse en un fenómeno tan apasionante como complejo. Cuando decimos que en todo tiempo estamos comunicando, nos referimos a que en cada momento, inevitablemente, estamos manifestando estados de ánimo o actitudes: nuestra postura “dice algo”, los colores que usamos, nuestro cuidado personal, la mirada… todo “dice algo”. Pero en sentido estricto, señalan los autores del libro, “para expresar basta con manifestar algo de nosotros mismos; en cambio, para comunicar necesitamos tener la intención de compartir ese algo con otros” (2-3) Lo que se quiere provocar con un texto, una preferencia u otro mensaje es lo que denominamos intencionalidad.

El instrumento que usamos para expresarnos, en general, y comunicar nuestras intenciones, en particular, es el lenguaje, que ha sido "el más trascendental de los inventos que ha desarrollado el hombre para comprender su mundo, y desempeña una función central en las sociedades civilizadas" (3)